miércoles, 29 de agosto de 2012

DELINCUENTES DE CUELLO BLANCO

Leo y veo las portadas de El PAÍS, El Mundo, ABC, La Vanguardia, El Plural... En ninguna dicen nada sobre los ejecutivos de los bancos y empresas financieras, así como los responsables de los bancos centrales y los políticos que han permitido con su negligencia, codicia y corrupción que la crisis se convierta en un desastre al que no se le ve el final. Despiste, ocultación, tergiversación, manipulación, mentiras, ese es el modus operandi de los medios de comunicación. Le conceden importancia a noticias que en realidad no la tienen para de ese modo alejarnos del foco principal. La corrupción sigue campando a sus anchas a lo largo y ancho de Occidente y de otros lugares que ahora mismo no son objeto de este post. Las leyes y normas económicas que nos han traído hasta aquí siguen en vigor, sin que los gobernantes muevan un dedo por alterar el estado de cosas; sin olvidar que estos dirigentes políticos son elegidos por una masa de votantes totalmente desinformada y manipulada. El quiz de todo este embrollo es la corrupción económica y política. Las grandes fortunas y las pequeñas; bancos y grandes corporaciones industriales; grandes y no tan grandes ejecutivos, gestores, directivos; incluso personas corrientes, normales en palabras del presidente del gobierno de España, son objeto de la corrupción. Hay una cáncer que infesta el mundo y se enseñorea sobre todos nosotros que se llama corrupción. En este discurso no hay que olvidar al Poder Judicial y su extraña, a veces, interpretación de las leyes.