viernes, 24 de agosto de 2012

RELATOS MUY CORTOS

La reunión del Consejo de Ministros había terminado, Rajoy se quedó después de la misma. Observó los asientos vacíos de los miembros de su gabinete y pensó, "¿a que huele?". Era imposible definir a que olía. Se puso en pie y en ese momento supo que era: perfume caro y corrupción.

Cucharones, cazos, sartenes, cuchillos.. Carnes, pescados, embutidos, especias. Era imposible definir a que olía la cocina de aquel tipo de mirada penetrante y edad indefinida. Me acerqué al puchero humeante. "Qué tenemos para comer hoy". Me miró condescendiente: "tu alma", dijo.