miércoles, 7 de noviembre de 2012

CINCO


Hace un rato estaba tirado en la cama hablando por teléfono con mi amante, yo veía el cielo desde la ventana, y ella desde la suya. Un cielo cubierto, gris, lluvioso. Ambos decíamos lo mismo: "vaya mierda", "esto es una mierda", y se ha puesto a contarme los problemas que le dan los niños en casa y en el colegio. Lo capullo que es su marido desentendiéndose de todo. Lo infeliz que es en su matrimonio. Lo harta que esta de preparar comidas, poner lavadoras y dormir junto a ese hombre que perdió el romanticismo en la noche de bodas. Vaya mierda, le digo, y le enumero lo que me apetecía en ese instante. Me gustaría escuchar un disco de jazz junto a una chimenea crepitante fumando un porro, con un buen whisky de malta a mano, y una tía para echar un polvo. Son cinco cosas, responde ella. Si, le respondo. Todas sencillas e inalcanzables al mismo tiempo en este instante.