jueves, 17 de enero de 2013

MEQUETREFES CORRUPTOS

Un abogado de fondos fiduciarios que no aprendió nada en Yale, ¿cree que va (...) ésto y colgarse una medalla?, ¿qué busca, popularidad?, ¿qué nombren un congresista de medio pelo de no sé donde para que, China o Rusia puedan, de repente, disfrutar a nuestra costa de todas las ventajas que disfrutamos nosotros hoy? ¡No señor!, ¡me niego, señor!... ¡Charlas de corrupción!... ¿Corrupción?.., corrupción es el intrusismo del gobierno en la eficacia del mercado con sus regulaciones..., es de Milton Friedman, tiene un maldito premio Nobel. Disponemos de leyes que defienden nuestra política comercial; la corrupción es nuestra protección. La corrupción nos mantiene sanos y salvos. La corrupción permite que, tu y yo, estemos aquí pavoneándonos en lugar de matarnos por un trozo de comida en la calle. La corrupción..., permite que ganemos...
Syriana

Fue, parafraseando a  Dashiell Hammett, como si la tapa que cubre el mecanismo de la vida se hubiera abierto ante él mostrando todo su podrido interior. Comprendió por qué la corrupción es "la sal de la vida", y el motivo de que ésta pase desapercibida la mayor parte del tiempo. Entendió que la corrupción mata de un modo que no lo hacen las armas: en silencio, con sigilo; entre los oropeles del lujo y la desidia. A la vista de todos e inadvertida. Imbricada cruelmente entre la ignorancia y la pasividad. Con disimulo. 
Aculeo se sumergió en las tibias aguas del aturquesado mar para emerger, unos segundos después, límpido de toda aquella suciedad que, a sus espaldas, se revolcaba en sus riquezas sin asomo de duda. Dudas que tampoco él tenía.